jueves, 1 de marzo de 2012

Temor a una sequía

Desde el comienzo del registro climatológico en España, desde hace 70 años, este invierno está siendo el más seco de dicho registro.

Aquí en el libro de la tierra, ya adelantamos un pronóstico de invierno seco, después de un otoño también escaso de lluvias, en la entrada : "Crónica de un otoño seco".

A día de hoy, ningún medio o institución ha explicado que la actual sequía se debe en parte a un otoño seco, el del 2011, y a un invierno que de costumbre son secos, pero lo más preocupante es  la escasa nieve que ha caído en nuestras cumbres.

Pongo el enlace de  "Crónica de un otoño seco" abajo por si es de interés, ya que explica muy bien la situación actual.
http://ellibrodelatierra.blogspot.com/2012/01/cronica-de-un-otono-seco.html

El temor a una sequía durante este año, es real, pero debemos esperar a primavera, ya que es la época del año en la que pasan más frentes por la Península Ibérica, que la barren de oeste a este.

Pero en el escenario simulado de que no llueva en primavera ¿qué nos espera?. Pues un verano con restricciones de agua durante algunas horas, (esta situación ya se dio en los noventa) pero el consumo de agua está garantizado. Aparte de las reservas de los embalses, tenemos los acuíferos, que el la Comunidad de Madrid se estiman que pueden ofrecer suministros para dos años.



Pero en este mosaico de sequía en España, el gobierno actual, empieza a querer rescatar una plan olvidado: el plan hidrológico. ¿En qué consiste? básicamente en realizar una obra faraónica de acueductos que lleven agua desde la cuenca del Ebro hasta Murcia. Este plan es el resultado de una herencia franquista, con una visión tecnócrata, en la que se piensa que se puede modificar el medio ambiente para el provecho humano, a pesar de que Darwin hace tiempo, estipuló que los seres vivos deben adaptarse al ambiente y no adaptar el ambiente al ser humano. Esta pretensión trae consecuencias nefastas, que en la historia ha confirmado: el caso de la desertización de Mesopotamia a causa de las sales acumuladas en sus canales.


Para empezar los argumentos son injustos: Murcia necesita agua pero no para consumo humano, sino para intereses empresariales privados de huerta, y ladrillo.
Si, porque el consumo humano está garantizado para la población actual de la costa mediterránea, pero claro, otra cosa es el abastecimiento a toda la población de Europa del norte que vienen a jubilarse a estas zonas.
 Tampoco se puede abastecer las piscinas públicas y privadas para esta población, de por si excesiva para los recursos de estos territorios, (evidentemente las piscinas no se llenan con agua reciclada).

Además dicho plan supondría la pérdida de biodiversidad de la cuenca y delta del Ebro ya que sus humedales y humedad relativa descendería drásticamente. En este paisaje de crisis, las arcas públicas no están para estos fastos, y en este intervalo seco no estamos para regalar el agua, ya que en la conducción se perdería al menos el 30%.



Conclusión: si los intereses privados empresariales de huerta y ladrillo exigen agua de otras cuencas sin dar nada a cambio, que ellos con su dinero construyan desaladoras, ya veríamos si entonces les sale rentable el negocio.
Por estas razones digo No a un plan hidrológico, que pagaríamos todos y favorecería a unos pocos y además degradaría nuestro medio ambiente.

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