lunes, 12 de diciembre de 2011

Cumbre del clima

 La cumbre ha terminado entre presiones y chantajes, se ha considerado un éxito prolongar el tratado de Kioto  y se ha aplicado lo que en España a veces decimos: "menos da una piedra". La realidad es que la cumbre ha sido un fracaso, bajo la sombra de la crisis internacional y los mercados presionando. Nadie ha querido comprometerse y se ha acordado dejar el problema en el cajón, a ver si el año que viene la gente puede apostar por esto del medio ambiente, además vamos a decir que el protocolo de Kioto es fantástico, que por qué lo vamos a modificar (que tampoco hay prisa) y que así quedamos todos más guapos.
El problema es que este tratado favorece el mercado de emisiones de CO2, es decir simplificando, quien tenga dinero para contaminar que pague y listos.



La solución pasa por las renovables, la no financiación por parte de los gobiernos a fuentes de energía contaminantes como el carbón (que por cierto no son tan baratas), y la exigencia de la UE a poner aranceles a productos que provengan de países que no firmen tratados.

Con la crisis energética en Europa, el escenario de un futuro próximo con coches eléctricos, pertenece aún al campo de la ciencia ficción, en parte por los precios abusivos de los automóviles por parte de las marcas (no son precios competitivos, algunos hablan del ecologismo capitalista), y las dificultades para enchufar el coche, por no añadir el precio de la electricidad que probablemente subirá en España en 2012.


La conclusión de Durban será la del mundo medioambiental para 2012; la economía no está para estas cosas, vamos a esperar a ver qué pasa, pero la tierra ¿puede esperar?.

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