jueves, 26 de enero de 2012

Tormentas solares

Galileo observó en el siglo XVI, ciertas manchas en el sol, las cuales aparecían y desaparecían durante periodos cortos de tiempo,  hoy sabemos que esas manchas se deben a periodos de alta actividad solar; su presencia se debe a que en su superficie, se producen  erupciones en la corona solar, que a nosotros nos llegan en forma de un aumento de las radiaciones, que llamamos tormentas solares. En el anterior post, ya hice referencia que tienen que ver con cambios climáticos de escala temporal pequeña, hablando a escala geológica.



De forma general, las radiaciones procedentes del sol o viento solar, no nos afectan de manera negativa debido a un escudo terrestre que nos protege: los cinturones de Van Allen, sin ellos la vida en la tierra no se prodrían haber dado como la conocemos, debido a que las radiaciones solares la hubieran aniquilado.
Estos cinturones se forman debido a la presencia de nuestro campo magnético, que a su vez es generado por el movimiento del núcleo metálico terrestre.




Ahora bien, el problema es que el campo magnético terrestre se está debilitando, hay científicos que opinan que tal vez estamos ante un evento de cambio de polaridad, es decir los polos magnéticos alternan su posición, donde estaba el norte, se sitúa el sur y viceversa.

¿Cómo sabemos que han sucedido cambios de polaridad? estos cambios quedan registrados en determinadas rocas, que están formadas con elementos susceptibles de orientarse magnéticamente, conservando su orientación original (la orientación de los polos) en el momento de su formación. De esta manera comparamos rocas de edades diferentes, y comprobamos que corresponden a distintas polaridades, normales (como la actual) o invertidas.

Los geólogos nos dicen que estos eventos, ya se han sucedido con anterioridad en la historia de la tierra y además han sido frecuentes. Pero lo que no sabemos es si durante el cambio, nos quedamos sin escudo frente a las radiaciones cósmicas, aunque hay autores que consideran que el cambio es progresivo, sin llegar a quedarnos sin los cinturones de Van Allen. Mi argumento es algo catastrofista, ya que algunos registros indican que algunas extinciones menores, coinciden con cambios en la polaridad...



De momento, disfrutemos con el espectáculo que ofrece la naturaleza con la auroras boreales, un efecto fantástico e increíble, digno de contemplarse en latitudes próximas al Ártico, aunque quien sabe, las crónicas antiguas nos cuentan casos de tormentas solares de alta magnitud, que provocaron auroras observables en el trópico. Lo malo es que tales tormentas destrozarían nuestras redes eléctricas sumiéndonos en el caos durante meses, aunque la mayoría de nuestra red, en principio está asegurada, pero nunca se sabe.


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